martes, 14 de septiembre de 2010

Nicaragua: Fe y tradición en homenaje a San Benito de Palermo

Mercedes Peralta
CORRESPONSAL/LEÓN
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El Santo Negro, San Benito de Palermo, a quien se le rinde culto en el templo de San Francisco, de León, en cuyo honor de celebra misa desde el año1924, será objeto de devoción multitudinaria, todos los lunes de este año, cuando su imagen sea llevada en un recorrido por la Calle Real y de la Marcoleta.

La marcha procesional inicia a la cinco de la tarde y concluirá a eso de las diez de la noche, como es costumbre, en la que desfilan aproximadamente 20 mil fieles, muchos de ellos portando candelas negras encendidas, que ofrecen un bello espectáculo por la noche.

Desde las primeras horas de la mañana serán celebradas misas en honor del Santo Negro, en el templo. Otra procesión similar saldrá a la misma hora, de la Iglesia San Juan Bautista de Sutiaba, que recorrerá algunas calles de ese barrio.

PROMESANTES VESTIDOS DE “LUZ”


La devoción a San Benito de Palermo es recordada por cada leonés desde que tiene uso de razón, porque desde las primeras horas de la mañana circulan rumbo al templo miles de mujeres y hombres de todas las edades, vestidos de “luz”, con largas túnicas blancas y sus cabezas envueltas en un pañuelo del mismo color, con cintas negras en la cintura y brazos.

La “luz” significa dar testimonio que la vida del promesante está iluminada por la luz de Cristo, según enseñaron los frailes franciscanos, rectores de ese convento por muchos años, antes de ser entregado a la Diócesis, en la década de los 90.

En el templo, promesantes vestidos de “luz” y sus acompañantes, barren la Iglesia. Las escobas surgen espontáneamente de manos de los devotos para los fieles que no las llevan. Otras personas solidarias ayudan a caminar de rodillas a quienes han llegado a ofrecer ese sacrificio por un milagro concedido, el que en muchos de los casos, está relacionado a la salud y la vida.

A la par de esa bonita tradición de los devotos del “negrito”, está la repartición de chicha. Frente al templo, o en las puertas de las casas, familias enteras reparten a quienes, con un vaso en la mano, llegan a pedir con humildad “en nombre de San Benito”. Ésta es una tradición que se inculca a los niños, que se encargarán en el futuro de reproducirla a sus generaciones.

La Orden Terciaria Franciscana y la Juventud Franciscana Seglar, contribuyen con el sacerdote responsable del templo de San Francisco, a organizar la celebración a San Benito de Palermo.

TESTIMONIOS DE FE

Aunque pocos creyentes conocen la historia sobre San Benito de Palermo, que según la Iglesia nació de padres moros, en Sicilia, Italia, en el año 1526, son miles los que le atribuyen milagros o sienten el deseo de manifestar públicamente su respeto, inculcado por sus padres y abuelos.

Dulce María Castillo de Sandino, de origen hondureño, casada con un leonés, asegura que en su país no existe tal devoción ni se celebra la Semana Santa como en León.

“Mi familia viene a pasarla conmigo. A ellos les gusta la devoción a San Benito de Palermo y yo le agradezco su intercesión en la cura de Luisito, de cinco años, que sufrió seis meses de fiebre y tuvo dificultades en su desarrollo motor”, dice la joven señora que habita en el Barrio El Laborío y acompaña a sus hijas a pedir chicha y va al templo a ver la salida de la imagen en procesión.

Marta Hernández Gutiérrez, de 34 años y su esposo Álvaro José Morales, de 39, del Barrio Sutiaba, asegura que irá a las dos procesiones con su hija Keylin Mercedes, de 11 años. Manifiesta su devoción a San Benito, aunque no tiene promesas pendiente de pago.

¿QUIÉN ERA?

Benito fue un lego humilde, admitido por la Iglesia Católica entre sus Santos, a quien le reconocen además de su humildad, su amor a Dios, a quien le sirvió entre los Menores Observantes de Palermo. Su muerte se registró el 4 de abril de 1589. El Papa Benedicto XIV, lo beatificó en 1712. Fue declarado Santo por el Papa Pío VII, después que la Iglesia Católica le reconoció muchos milagros.

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